martes, 3 de noviembre de 2009

Hombre con prisa mirando reloj

(Josef Koudelka)




Mierda para las palabras sin sangre, mierda para los que explican la vida con elegancia y corrección gramatical.

Nélida Piñón, El jardín de los Olivos.

Te prometo anarquía me decís

con ese gesto... ¿cuál gesto?

Ese gesto inadvertidamente ostentoso

de quien se siente dueño de sus horas,

de quien puede renunciar a su independencia

porque vive entre sus libertades,

de quien me pide las horas de un reloj aceitado con renuncias.

Lo peor de todo es tu paciencia,

(sí, me aburre la gente que hace de mi

una buena persona)

dejá que la envidia

me corroa un poco el esófago,

porque podrás imprimir en ésta frente

la fecha de caducidad de mi tormento

pero eso no atemperará esta apurada desesperación.

Así es, los nudos de un capricho no se deshacen con caricias.

2 comentarios:

Meryone dijo...

no sé si me ha gustado más lo de un reloj aceitado con renuncias o los nudos de un capricho, pero me ha encantado

eso sí, a nélida piñón le tengo odio incondicional desde que tuve que leer a casa da paixão (el mismo año que le daban el príncipe de asturias de las letras aquí, además). mi profesora de literatura brasileira había hecho la tesis sobre nélida piñón

vale, a ella la odio, pero estoy de acuerdo con la cita

bienvenido de vuelta :)

Alfonso Huerta dijo...

Hola Meryone, es bueno verte de nuevo. Nélida Piñón... en realidad ese cuento es lo único que me gusta de ella, pero creo que ese cuento justifica todo lo demás. Un fuerte abrazo :)