lunes, 7 de junio de 2010

Insomne viendo amanecer



Hoy amanece lloviendo,
La habitación se inunda de murmullos,
el cielo echa su sábana gris
la pereza se adueña de la voluntad
Y aunque el desvelo me acolchone los sentidos
La conciencia también reserva
Su mayor colorido para la despedida.
Los muebles crujen
Junto con mis huesos.
Habría que callarles
Con un barniz de caricias
pero soy el único bulto en la habitación.
A cambio
Tomo un café en la ventana
y el vaho se escapa,
el aire sigue siendo frío y limpios
al menos por las mañanas,
la luz del sol
invierte el sentido de las horas,
Tengo varias ideas apelmazadas
Y un segundo par de párpados
Que no he abierto
Y que me filtran la vida.
El problema de los días como hoy
Es que pierdo el sentido del tiempo
Porque los astros pasan
Sin despedirse.
La gente en la calle
También pasa de largo
La pobreza sigue siendo
La más efectiva
Forma de anonimato.


(Fotografía: Loren Baxter)

martes, 1 de junio de 2010

Desastres

Había dicho que no volvería a escribir pero no puedo. Asqueante todo esto. Los desastres dictando la lección a un auditorio ocupado en la sobrevivencia. El gobierno y los oligarcas buscando, como siempre, hacer negocio del mismo. Y nada, siempre nada o quizá siempre lo mismo. Hoy estaba leyendo las comparaciones entre el Stan, el Mitch y Agatha. ¿Y cómo se mide una tragedia? ¿acaso para serlo no requiere precisamente de la inconmensurabilidad? ¿Qué parámetros se utilizan para jerarquizar el infortunio? ¿Es según la cantidad de muertos que postula la gravedad de lo irreparable? ¿Es según el costo pecuniario como la medida de todo? ¿Y ahora? Vuelta a la normalidad, a la ignorancia, al olvido en que nos sumerge la rutina, a la paulatina recuperación de los hábitos. Los unos profundizando en su impotencia, refugiándose en un fatalismo religioso que les parece, les absolverá de su negligencia. Los otros a seguir defendiendo el derecho de llave de su rincón del paraíso, molestos por lo daños en los caminos y las carreteras obstruidas, recordándoles que este país no va a ninguna parte.