Dicen que en el futuro todos tendremos el fenotipo y el genotipo perfectos, con órganos que siempre se formarán bien y que no concerán la degeneración; así arribaremos a una vejez sin arrugas ni fatigas hasta que la imprudencia o la buena planificación demográfica lo decidan. Entonces todos los días serán miércoles, la felicidad caerá como lluvia y la historia será una anecdotario de pasiones incomprensibles cuya barbarie se diluye gracias al avasallador Avance de los Tiempos. Una sociedad así podrá inventarle cura hasta a la perplidad pero no al absurdo. Por eso imaginaba que tal vez en el futuro haya un hombre que engulla su alimento, calculado automáticamente a su peso y esfuerzo, y piense en todas esas labores a las que nos dedicamos ahora, tan prontas a la obsolencia. Y bueno, no mencionada eso porque me importe un carajo la caducidad de mi esfuerzo porque para entonces ya estaré bien muerto y olvidado. Solo me preguntaba si ese superhombre podrá sentir algo de la visceralidad de nuestra obstinada sobrevivencia.
3 comentarios:
Qué grueso Monsieur Alphonse. Ya nos estamos soltando. Nos ha hecho bien, esto de bloggear. Saludos.
mmmmm
qué aburrido sería vivir siempre en miércoles.... jejejeje
genial el post!
Para nuestra propia fortuna, antes de que todo eso sea posible nos habremos acabado a nosotros mismos.
Bonito post.
Publicar un comentario