lunes, 22 de noviembre de 2010

Es tarde, se oye un carro, seguro irá muy lejos



Entonces, a eso de las 3 o 4
el miedo de no despertar
sustituye al deseo de dormir.
Se distrae con cualquier cosa,
como la televisión,
una película de miedo
en la que es viable algo así
como un horror retrospectivo,
la certeza de que toda superstición
es más fuerte que las balas,
piensa en eso
y en que no hay suficientes películas
que terminen con un hombre viendo televisión

6 comentarios:

Pablo Hernández M. dijo...

la madrugada es una hora del día en la que o se duerme o se muere

saludos

Alfonso Huerta dijo...

Es también la hora en que la vida se quita el maquillaje. Saludos, Pablo.

Litau dijo...

Las madrugadas para mí son la inspiración y el insomnio, la causa creativa.

Jugar a que las sombras nos atormentan y así provocarse un delirio de imaginación es un gran recurso.

O eso yo digo, en mi forma autodestructiva de vivir.

Alfonso Huerta dijo...

No creo que las sombras atormenten, todo lo contrario, somos nosotros los que ponemos nuestros miedos en cada intersticio de la oscuridad, de vez en cuando es bueno autodestruirse pero conviene dosificarlo, abrazos Litau.

Anónimo dijo...

los motores se siguen oyendo y el camión ya está en la otra ciudad.

Alfonso Huerta dijo...

Y no sabe (ni sospechó) que lo acompañé en mis pensamientos.