jueves, 1 de julio de 2010




El tiempo pasa, la vida no tanto
los hábitos se subordinan a la conveniencia
y las horas se modula según la prudencia.
La rutina sigue siendo el mismo pan desabrido
pero por primera vez me veo tentado
a hincarle el diente.
Tanta afán enciclopédico
y llegar a darnos cuenta
de que la cultura termina volviéndose
una forma de intuición.
Así, logro intuir
que la vida cuando no es castigo es arrepentimiento.
De cualquier modo tenemos que apostar.
Apostar y esperar.
Lo más difícil es la espera

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"la vida cuando no es castigo es arrepentimiento" qué acertado!

me encanto este texto!

Alfonso Huerta dijo...

Muchas gracias Emil, me alegra mucho tenerte de regreso :D

Mercedes dijo...

Supongo yo entonces que la vida es la que se sube en el tren llamado tiempo/que el tiempo lo dicta un reloj cuyas agujas van a la inversa/
Se que la rutina es traicionera y que podría convencerte de cualquier cosa, incluso de la esclavitud.
El arte está en la interpretación, el resto son vagos signos...
Apostar, como todo en la vida, tiene dos lados. El lado grave es el que se asemeja a escupidas al cielo.
La espera... depende con que reloj la midas....

Un abrazo amigo

Alfonso Huerta dijo...

ándales Meches, que inspiración la tuya y sí, me has explicado mejor que yo mismo :)