No importa que tan alto se apunte la pedrada
siempre se termina en el piso.
Debe haber algún tipo de trascendencia en eso
pero hoy soy piedra y no movimiento.
Si tuviera la embriagante entrega del mártir
o la sosegada renuncia del santo
podría insuflarse en mí
algo menos perecedero que la esperanza.
Quisiera llorar pero apenas bostezo,
no se puede hacer piras con las cenizas de los muertos.
siempre se termina en el piso.
Debe haber algún tipo de trascendencia en eso
pero hoy soy piedra y no movimiento.
Si tuviera la embriagante entrega del mártir
o la sosegada renuncia del santo
podría insuflarse en mí
algo menos perecedero que la esperanza.
Quisiera llorar pero apenas bostezo,
no se puede hacer piras con las cenizas de los muertos.