lunes, 26 de septiembre de 2011



Se necesita mucho tiempo de convivencia
para saber
que no conocés a alguien.
Entonces mirás a tu pareja
-esa que elegiste para envejecer juntos-
la que esperabas que tomara tu entusiasmo
y lo transformara en alegría.
Nunca sucedió, pero se mantienen juntos.
Viste un puerto seguro y te lanzaste
aunque fuera un naufragar con salvavidas
lejos de tierra firme.
No hay por qué tener vergüenza,
para la mayoría de la gente
es suficiente con mantenerse a flote.

(Fotografía: Jackson Eaton)

viernes, 2 de septiembre de 2011

¿Quién sos?



Presentarse es un problema,
siempre lo hemos hecho con las señas equivocadas.
Del tipo:
soy Mengano, hijo de Fulano, domador de costumbres.
O
soy el ingeniero X, el doctor Más.

Y eso es cuando estrechás la mano de alguien,
también está los documentos de identidad.
Esos pedacitos de plástico que pretenden definirnos
con un simple ejercicio visual.
Tendríamos que ponerles un apartado para nuestros vicios.
Es mucho más fácil deshacerse de una apariencia
que negarse un placer.
La mía diría algo así como
"Me llamo Alfonso,
y soy de esos que reciben la lluvia
con una taza de café en la mano".